Antes de la sentencia, Milani ratificó su inocencia y pidió su absolución

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El ex jefe del Ejército aseguró que es víctima de una «campaña política, mediática y judicial inédita» en la previa a la lectura del veredicto en la causa que investiga dos casos de lesa humanidad. 

En la previa a la lectura del veredicto en la causa que investiga dos casos de delitos de lesa humanidad en La Rioja, el ex jefe del Ejército César Milani ratificó este viernes su «absoluta inocencia» respecto a dos casos de delitos de lesa humanidad que se le imputan y pidió su «absolución», a la vez que aseguró que es víctima de una «campaña política, mediática y judicial inédita».

El principal imputado pronunció sus últimas palabras ante los jueces Julián Falcucci, Jaime Díaz Gavier y Enrique Lilljedahl, integrantes del Tribunal Oral Federal de La Rioja, quienes informarán.

Nuevamente con su uniforme militar, Milani denunció que el proceso judicial fue «producto de una campaña política, mediática y judicial inédita contra un jefe del Ejército» y reafirmó su «absoluta inocencia» en la causa que investiga los secuestros y las torturas que sufrieron Pedro y Ramón Olivera en marzo de 1977, cuando el militar se desempeñaba como subteniente del Batallón 141 de La Rioja.

«Simplemente voy a utilizar estas últimas palabras para reafirmar mi firme convicción de que con mi injusta y arbitraria detención y las falsas acusaciones que vengo sufriendo hace seis años, más que hacerme un daño a mí, se le ha infligido un castigo al Ejército argentino, privándolo de la posibilidad de una reconciliación definitiva con el pueblo del que se nutre», subrayó.

Y añadió: «Creo firmemente en Dios, que algún día juzgará nuestros actos. Por eso, estoy tranquilo vistiendo con orgullo el uniforme de la Patria, seguro de que me asiste la verdad y la razón. Espero que a partir de hoy también la Justicia, con un veredicto de absolución que reivindique mi buen nombre y honor, así como el de mi familia, que ha sido siempre mi sostén. A pesar de todas las difamaciones, calumnias, injurias, de la injusta detención y proceso, el ataque sistemático de los poderes fácticos, estoy de pie, no me van a quebrar».

El ex jefe del Ejército fue el último de los acusados en pronunciar sus palabras antes de que los jueces se retiren a deliberar.

«Siento que con las acusaciones, calumnias e injurias hacia mí y las convicciones nacionalistas que represento, seguido de mi privación de la libertad y el sometimiento de este proceso, se ha pretendido ahogar, quizás, el último gran intento de lograr un Ejército defendiendo los grandes proyectos nacionales y populares, como lo soñaron nuestros verdaderos héroes, nuestros caudillos federales y nuestros grandes líderes populares como el general (Juan Domingo) Perón», se quejó el uniformado.

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