Reperfilamiento forzoso: en el gobierno dicen que es una estrategia para negociar la deuda
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El Gobierno nacional planteó que el reperfilamiento del bono AF20 anunciado este martes es parte de una estrategia de endurecimiento de su postura antes de comenzar la reestructuración de la deuda externa pública.
La sorpresa, reflejada en que la cotización del título que se precipitó hacia la baja en pocas horas en 40%, ocurre un día antes de que arribe la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) a Buenos Aires para renegociar un programa con el organismo, según hizo trascender la agencia estatal Télam en un cable noticioso.
También este martes será la presentación ante el Congreso del plan de económico de sustentabilidad que buscará la restauración de toda la deuda pública, calculada a fin de año por unos US$ 311.000 millones, y que será la hoja de ruta para los acreedores de todos los tamaños, incluido el FMI, que buscarán negociar con la Argentina.
El título AF20 es por ley nacional pagadero en pesos pero la característica de bono DUAL que le dio el macrismo en su lanzamiento lo ubica más cerca de los bonos con ley extranjera en dólares, según entiende el Gobierno.
Este bono también representaba una amenaza a la estabilidad monetaria, porque de pagar todo el vencimiento hubiese inyectado cerca de $ 100.000 millones a la economía, presionando contra la inflación o también contra la estrategia del tipo de cambio oficial, fue el argumento para explicar por qué no se eligió emitir para cumplir con el pago como ocurrió en diciembre pasado.
El Gobierno separó la suerte de pequeños tenedores físicos que hasta diciembre de 2019 tenían US$ 20.000 o menos en estos instrumentos y destacó la ayuda de tenedores locales, del resto que no tuvo la cooperación necesaria y que obligó a declarar desierta la licitación de la jornada anterior, y tras haber intentado con un canje de deuda la semana última, de la que participó solo el 10% de los inversores.
El Ministerio de Economía dejó traslucir que la negociación que se viene será durísima con los acreedores -si es que finalmente hay una-, al margen de lo que podrá ser la mayor o menor aceptación del plan económico de sustentabilidad que el ministro Martín Guzmán presentará en el Congreso.
El cable de Télam, presentado como un «escenario» con firma de la autora, argumenta que: en esta partida de póker, si bien el Gobierno no mostró todas las cartas, sí mostró algunas, y lo mismo ocurrió con los acreedores.
De ellos se desprende que la clave no está en ninguna negociación aparente sino en poder discernir el poder de mayorías que tienen los grandes fondos en los títulos de la Argentina.
El Gobierno buscó hoy dejar en claro que los grandes fondos de inversión con poder de bloqueo en títulos tanto de la Argentina como de Buenos Aires, ya dijeron que no a opciones «más amigables», como la de de posponer pagos por unos meses, o de que no están dispuestos a sufrir ningún tipo de quita en las ofertas, como ocurrió en el AF20.
En el mercado se dice que «no hubo intención de tener contacto con los acreedores». Puede que en estas instancias preliminares a la gran reestructuración no hayan tocado la puerta a los medianos o chicos, pero sí ya lo hicieron con los grandes, y las conversaciones no prosperaron.
Aquí se ubican los fondos Templeton, Black Rock y Fidelity, entre los más resonantes y viejos conocidos de la Argentina, pero la lista es mayor y se observó que se encuentran sincronizados, para intentar ejercer el poder de veto de cualquier propuesta eventual de reperfilamiento o reestructuración de la Argentina en cada especie de bono que puedan, a juzgar por el comportamiento reciente.
Para el mercado, que la Argentina llegara a proceder con una propuesta con quita sin consentimiento de los fondos que pueden bloquear la deuda sería «compulsivo» y, para el Gobierno sería «inevitable» si la deuda no es sustentable, y si no hay cooperación del otro lado.
En el medio, el FMI deberá tomar una decisión sobre la Argentina, y lo que ocurrirá es que, a juzgar por el cronograma planteado por el país, será prácticamente al mismo tiempo del lanzamiento de la negociación de la deuda privada, concluye la agencia estatal.