Sin agenda legislativa, Macri metió al Congreso en la campaña y en la Grieta
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El presidente Mauricio Macri dejó inaugurado el 1ro de marzo el 137° período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, que en los últimos años viene teniendo poco de ‘ordinarias’ porque son mas las sesiones especiales, a las que se apela por la falta de consensos. Más allá del discurso electoralista de Macri, a nivel parlamentario casi no hubo anuncios de proyectos de ley que el Poder Ejecutivo pretenda enviar al Legislativo: se repite la postergada reforma del Código Penal, la baja de la edad de imputabilidad, el reclamo por el DNU de extinción de dominio y sólo se puede considerar una novedad –relativa- la reforma de un artículo de la Ley de Educación. Son temas, en verdad, de la campaña proselitista de Cambiemos y a la que parece sumar al Congreso como un escenario más.
Mauricio Macri trasladó la campaña de la polarización con Cristina Kirchner al Congreso de la Nación en la apertura del período de sesiones ordinarias. La intención fue explícita cuando el Presidente le reclamó a los legisladores leyes vinculadas a la seguridad y la corrupción, e intentó acorralar al peronismo no kirchnerista para que defina de qué lado de la grieta se ubicará. El primer mandatario es consciente de que si ese peronismo encuentra un candidato potente o llega a un acuerdo con la senadora nacional, podría cancelar su reelección.
Más allá del contenido de campaña del discurso presidencial, en cuanto al Congreso fue también evidente que el Gobierno nacional no tiene mayor interés en que funcione durante el año electoral y por eso apenas propuso un proyecto de ley, que en verdad es la modificación de un artículo.
Quizás sea la agenda parlamentaria más pobre que haya presentado un Presidente al Congreso en democracia.
Macri les pidió a los legisladores la sanción del nuevo Código Penal; del Régimen Penal Juvenil y la modificación de un artículo de la Ley de Educación Nacional que permita conocer los resultados de las pruebas realizadas a los alumnos.
Sobre el nuevo Código, el Presidente mencionó que “el Código Penal, que va a cumplir 100 años, que fue emparchado cientos de veces, es necesario adaptarlo al mundo de hoy”.
“Espero que lo aprobemos en el corto plazo”, urgió.
Luego pidió también celeridad para el régimen juvenil que “es mucho más que la baja de un año en la edad de la imputabilidad para algunos delitos graves”.
Y sobre la reforma a la Ley de Educación, exhortó: “El año pasado les pedí que avanzáramos en una iniciativa fundamental para modificar el artículo de la Ley que prohíbe la publicación de los resultados de las evaluaciones por escuela”. Y agregó: “insistiré en que modifiquemos el artículo que no nos permite informar totalmente sobre las evaluaciones de calidad de las pruebas que hacen nuestros hijos”.
Pero la norma principal que Macri reclamó fue la extinción de dominio, cuyo Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) ya rechazó la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo pero que deben tratar ambas cámaras. Sobre este punto aprovechó para apuntar tanto al kirchnerismo como al resto de peronismo: “El DNU de Extinción de Dominio es un reflejo de la postura clara que los argentinos tomamos: queremos recuperar los bienes de las mafias, el narcotráfico y la corrupción. Y que cada quien que se oponga diga dónde está parado y a quién quiere proteger porque se acabó, se acabó el tiempo en que los delincuentes se salgan con la suya mientras la enorme mayoría trabajamos para sacar a este país adelante”.
Tras el mensaje presidencial y en declaraciones a Gazeta Legislativa, el diputado de Alternativa Federal, Juan Fernando Brügge, opinó sobre la falta de propuestas legislativas del Presidente: “fue muy pobre su discurso, se limitó a repasar lo que se hizo de 2015 a la fecha y a lo que respecta al 2019. Hizo mención solamente al Código Penal y a la modificación de la Ley de Educación a los fines de que se permita dar a conocer resultados de las pruebas de los alumnos. Vemos a las claras que Cambiemos no tienen interés en que el Congreso funcione en el año electoral”.
En tanto, advirtió que desde la oposición “vamos a insistir con los proyectos que tienen dictamen desde el año pasado y empezaremos a pedir sesiones especiales. Vamos a pedir el tratamiento del DNU de Extinción de Dominio y los dos dictámenes que hay. Con una sesión se puede resolver la sanción de la ley, lo que no es menor porque el Presidente quiso hacer alarde del DNU y quiso abrir una grieta y ponernos de un lado u otro. El Congreso vino trabajando y faltó que se convoque a una sesión al respecto, por eso la vamos a convocar nosotros”.
Por su parte, la diputada Graciela Camaño, titular del bloque massista, cuestionó la falta de proyectos de ley por parte del presidente: “El Presidente, y quienes escribieron el discurso, vinieron a un ‘meeting político’ y no a un discurso de apertura de sesiones en el Congreso. No dejó ninguna agenda parlamentaria que nosotros podamos tener en cuenta, solo frases de una retórica vacía de contenido como si se tratara de un candidato que no gobierna”.
Desde el kirchnerismo, la Senadora Silvina García Larraburu, se sintió ofendida como legisladores: “Fue una gran provocación, no sólo a los referentes que representamos a todas las Provincias del país, sino también al pueblo argentino que está sumido en la más cruda pobreza”.
En tanto, la diputada Victoria Donda también se mostró indignada con el mensaje presidencial en la apertura de sesiones: “Fue una provocación para los millones de argentinos y argentinas que producto de las políticas de ajuste de este gobierno perdieron sus puestos de trabajo, vieron caer sus sueldos y jubilaciones, tuvieron que cerrar sus fábricas o negocios producto de los aumentos desmedidas de tarifas y servicios, y la caída del poder de compra de los salarios”.
El senador peronista no kirchnerista, Miguel Pichetto, destacó que al discurso presidencial “le faltó la definición más importante que está esperando el país, que es sobre la situación económica”. Y se quejó del discurso polarizador de Macri: “Otra oportunidad que el Presidente también dejó pasar hoy es la de dar un mensaje tendiente a unir a los argentinos, algo que cada día es más necesario”.
En línea con Pichetto, aunque en el peronismo K, el titular del interbloque del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, coincidió con el rionegrino y opinó que el Presidente “podría haber utilizado esto para hacer un balance de gestión” pero hizo un discurso “de campaña”.
Desde el oficialismo, el diputado radical Mario Negri –titular del interbloque Cambiemos- admitió que “hemos sembrado, con mucho sacrificio en estos tres últimos años, los cimientos para convertir a la Argentina en un país normal”. Y sobre el mensaje presidencial consideró que “fue un discurso potente, que tuvo autocrítica, se reconoció las dificultades que debimos atravesar en 2018, porque claramente Argentina estaba aún frágil y las condiciones internacionales cambiaron de repente”.
El diputado del PRO, Pablo Tonelli, también rescató la autocrítica del Presidente: “fue un discurso realista y sincero. Describió la realidad del país y las dificultades que el país afronta sin ocultar nada. A la vez, fue un discurso esperanzador porque el presidente planteó objetivos de gobierno y del Congreso, objetivos ambiciosos y adecuados a lo que necesitamos”.