Tractor
En Argentina, cada vez son más las personas que invierten en el campo sin una experiencia previa. Lo hacen alentados por los muy buenos dividendos que suelen dar este tipo de proyectos y, pensando en introducirte en el sector, debés conocer ciertos secretos de la industria agrícola.
Una de las claves para que cualquier negocio con el campo sea exitoso es que las maquinarias disponibles estén a la altura de las circunstancias. Pero la gran noticia es que esto depende más de la calidad de tractores, cosechadoras, excavadoras, cortacésped y sembradoras que del modelo.
Es decir, la inversión no necesita ser tan importante en una primera instancia si estás informado respecto a cuáles son las marcas más confiables para los que trabajan en entornos agrícolas.
En cualquiera de las categorías anteriores de máquinas para el campo, John Deere ha demostrado durante décadas que es la mejor opción para los proyectos agrícolas, desde negocios familiares pequeños hasta grandes apuestas que necesitan de lo último de lo último en tecnología.
Aunque le deben buena parte de su fama a los tractores de John Deere, la firma supo reinventarse constantemente siguiendo las demandas del mercado, y esa es la principal explicación de cómo logra imponerse incluso cuando el reclamo del público fuera cambiando, al pasar el tiempo.
Para terminar de entender por qué John Deere es la primera compañía que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en maquinaria agrícola, hay que comenzar por un repaso de sus hitos históricos.
Fundada en 1837 y hoy una de las multinacionales más importantes de la industria a nivel global, John Deere intenta desde sus labores, desarrollar tractores y otras máquinas para los agricultores priorizando el aumento de la productividad y el máximo rendimiento de la tierra trabajada.
Con fábricas de producción de vehículos para el campo en todos los continentes actualmente, John Deere & Co. dispone del más alto volumen de envío de maquinaria, siendo la respuesta inmediata uno de los valores que le han permitido distinguirse de la feroz competencia.
Suele decirse que cuando una marca hace bien las cosas su logo es reconocido por cualquiera. En materia del campo, nadie duda de que el ciervo saltarín es una referencia para la mayoría.
A pesar de las modificaciones que se han introducido al mismo, acompañando las diferentes etapas, nadie duda de la energía que transmite este animal, la imagen dinámica que proyecta al hombre.
La relación entre fabricantes de motores y ensambladores de maquinaria puede no ser perfecta. Teniendo en cuenta este dato, el interés por vehículos con motores de fabricación propia.
Los equipos de John Deere normalmente utilizan motores turboalimentados con intercooler, ofreciendo un espectacular rendimiento incluso en las condiciones más exigentes.
Los sistemas electrónicos incorporados a sus motores en los últimos años favorecen el menor consumo de combustible, otra cuestión que no puede obviarse a la hora de hacer números.
Como resultado de todo lo anterior, la vida útil del motor se alarga y su mantenimiento se reduce.
Los tractores producidos por John Deere tienden a incluir la caja de cambios de manguito de malla. Sus ingenieros trabajan permanentemente para elevar sus prestaciones, como dejaron en claro durante los últimos años al incrementar la cantidad de marchas, hacia adelante y atrás.
Esto facilita a quien opera la máquina que elija la velocidad ideal de movimiento de cada operación, sin estar pendiente de ello y prácticamente olvidándose de las viejas y duras cajas de cambio.
Por si eso fuera poco, los tractores John Deere se sirven de embragues originales que prometen durar exactamente lo mismo que el propio tractor, brindando más tranquilidad a largo plazo.
Otro aspecto sustancial de John Deere y sus tractores es que cuentan con mecanismos hidráulicos enfocados en la compensación de flujos para una reacción automática a la acción del conductor.
El método atenúa el ruido de los tractores y es escalable, en la medida en que se vende con juegos de válvulas de salida hidráulicas, compatibles con dirección asistida hidrostática y frenado, para adaptarse a las operaciones específicas que van a realizarse sin que haga falta otra máquina.
Por otro lado, los filtros de aceite hidráulico proporcionan una eficiencia superior para contener impurezas que de otra forma caerían en el motor, evitando tener que reemplazarlo tan seguido.
Más allá de su apariencia, que convence enseguida, estos tractores están diseñados con cuidado. Una cabina sellada que impide el paso del ruido, un campo de visión especialmente amplio, recursos de control ergonómico y resistencia a las temperaturas extremas lo confirman.
A los cinturones de seguridad se agregan los bastidores antivuelco, y los guardabarros hacen que el barro no sea un obstáculo para el funcionamiento de la máquina, ni siquiera en lugares abnegados.
Finalmente, la caja de herramientas de metal garantiza que no se deteriore ni luzca mal. Dejando dentro de ella los instrumentos para el mantenimiento que requiriera la maquinaria.
Fuera de lo tangible, la garantía de servicio fiable de John Deere, su reputación, es indiscutible. Desde sus campañas para dejar el asbesto antes que cualquier rival hasta desplazar la palanca ubicándola en la posición neutral para minimizar los incidentes, todo se orienta al usuario.
La honestidad es algo que quienes se desempeñan en el campo saben que no puede negociarse. Encuentran en John Deere y sus artículos la certeza de algo que está hecho como corresponde.
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