Informe: otro mes con caída del consumo por el deterioro del poder adquisitivo

Un informe de Consumo de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) registró en agosto una baja interanual de 0,5%, la primera del año. Los salarios no se recuperan frente a los precios frenando el consumo.

El consumo volvió a mostrar signos de debilidad en agosto, interrumpiendo una racha de ocho meses consecutivos de crecimiento. En la comparación desestacionalizada, es decir, descontando los efectos propios de cada período, el retroceso fue de 0,6% respecto de julio. Lo que confirma una desaceleración del gasto de los hogares.

El dato contrasta con el escenario de estabilidad inflacionaria que atraviesa el país. En agosto, el índice de precios al consumidor se ubicó en 1,9% mensual, completando tres meses consecutivos por debajo del 2%. En términos interanuales, la inflación fue del 33,6%, el registro más bajo desde julio de 2018. La CAC destacó que, incluso con un avance del tipo de cambio oficial cercano al 5% en el mes, el traslado a precios fue acotado. Lo que refuerza la tendencia de estabilidad de los últimos meses.

Sin embargo, esta mejora en el frente de precios no alcanzó para reactivar el consumo. “El proceso de recomposición salarial y de ingresos continúa pausado. Su reanudación será una condición necesaria para el incremento en el consumo de los hogares”, advirtió el informe del Departamento de Economía de la CAC. La entidad estimó que el ingreso nominal promedio por hogar fue de $ 2.122.000 en agosto, con una mejora real del 0,5% respecto al mes anterior. Aunque insuficiente para revertir la pérdida acumulada del poder adquisitivo.

El consumo en agosto se retrajo

El consumo cae pese a la estabilidad inflacionaria

El retroceso del consumo en agosto refleja el impacto de un poder de compra aún deprimido, que limita la capacidad de los hogares para sostener sus niveles de gasto. En ese sentido, el informe de la CAC subrayó que la estabilidad de precios “no se tradujo en una mejora tangible del consumo”. Debido a que los ingresos no acompañan el proceso desinflacionario con la suficiente fuerza.

El escenario actual combina una inflación contenida con una economía que muestra señales mixtas. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) creció 6,4% interanual en junio, pero con una caída de 0,7% desestacionalizada. Algo similar ocurre con el consumo: los rubros más vinculados al gasto cotidiano muestran debilidad. Mientras que los bienes durables y las actividades recreativas presentan avances puntuales.

La CAC destaca que, aunque el consumo masivo, los bienes de alta rotación, creció 4% interanual en agosto, la serie desestacionalizada cayó 1,9% mensual. Mostrando así un freno en la tendencia. Al mismo tiempo, el consumo de bienes durables, como autos y electrodomésticos, desaceleró su ritmo de crecimiento luego de varios meses al alza. En parte por la volatilidad de las tasas de interés que afectó el acceso al crédito.

El consumo en agosto se retrajo

El ingreso real sigue rezagado

La principal explicación del retroceso del consumo radica en el rezago salarial frente a los precios. De acuerdo con el último informe del Indec, los salarios registrados vienen perdiendo poder adquisitivo de manera sostenida frente a la inflación. En los últimos doce meses, los ingresos del sector formal aumentaron por debajo del índice de precios. Consolidando así una pérdida real que limita la capacidad de gasto de los trabajadores.

Según el Indec, el salario promedio registrado creció 36,8% interanual, mientras que la inflación acumulada fue del 33,6% en el mismo período. Lo que representa una mejora apenas marginal y muy inferior a la pérdida de años anteriores. Pero si se considera la variación real de los últimos tres años, el poder de compra de los asalariados aún se encuentra entre 10% y 15% por debajo de los niveles prepandemia.

La recuperación del ingreso real no logra consolidarse. Los aumentos paritarios se ubican en niveles similares a la inflación, pero sin generar recomposición efectiva del poder de compra. En consecuencia, el consumo se mantiene estancado y la estabilidad de precios no alcanza para impulsar la demanda interna.

El consumo en agosto se retrajo

Cambios en el patrón de consumo

El informe de la CAC también advirtió un cambio en la composición del gasto de los hogares. Mientras el consumo cotidiano, alimentos, limpieza y productos básicos, se mantiene débil, se observa un desplazamiento hacia los bienes durables y las actividades recreativas. Por el crédito y por bases de comparación bajas.

El rubro indumentaria y calzado creció 4,3% interanual, por precios relativos en baja y por un punto de partida bajo en 2024. Por su parte, transporte y vehículos aumentó 4%, con un fuerte impulso del patentamiento de automóviles, que creció 44% interanual. Y alcanzó su mejor desempeño desde 2018. También recreación y cultura mostró un alza del 23%, por el boom de ventas de entradas de cine.

Por el contrario, los rubros vinculados al consumo básico mostraron caídas. Vivienda, alquileres y servicios públicos retrocedieron 1,2% interanual, con una demanda eléctrica 5,2% menor a la de agosto del año pasado. En tanto, el resto de los sectores, que agrupan bienes y servicios esenciales se contrajo 5,3% interanual, ubicándose 4,2% por debajo de los niveles prepandemia.

El consumo en agosto se retrajo

El crédito mantiene su impulso, pero con límites

El acceso al financiamiento continúa siendo un factor clave en la dinámica del consumo. Según la CAC, el crédito a hogares mantiene una tendencia positiva en términos reales desde mediados de 2024, aunque con una desaceleración en los últimos meses. Los tipos de financiamiento más dinámicos siguen siendo las tarjetas de crédito y los préstamos personales. Mientras que los créditos prendarios e hipotecarios mantienen una evolución más lenta.

Durante julio y agosto, la volatilidad de las tasas de interés generó un clima de incertidumbre que afectó las decisiones de consumo y de inversión. Aun así, el crédito permitió sostener parcialmente la demanda de bienes durables, compensando la debilidad del consumo cotidiano.

No obstante, el informe advirtió que la recuperación del consumo será limitada mientras el ingreso disponible de los hogares no muestre mejoras sustanciales. “El ingreso registraría una leve mejora a lo largo del año, aunque la dinámica salarial no está mostrando señales positivas durante los últimos meses”, concluyó la CAC.

El consumo en agosto se retrajo

Una recuperación que no llega al bolsillo

El panorama general refleja una paradoja: la inflación se estabiliza, pero el consumo no crece. La estabilidad de precios, que en otro contexto podría impulsar el gasto, se neutraliza por la pérdida acumulada del poder adquisitivo. Y por la cautela de los hogares ante la persistente incertidumbre económica.

En otras palabras, los argentinos no consumen más porque no sienten que su bolsillo mejoró, incluso si la inflación parece controlada. La confianza del consumidor sigue baja, los salarios apenas empatan a la inflación y las expectativas de recomposición del ingreso se diluyen en un contexto de ajuste fiscal y tasas de interés todavía elevadas.

Así, agosto marcó un punto de inflexión para el consumo interno. Después de ocho meses consecutivos de avances, la contracción del 0,5% interanual evidencia que la economía necesita algo más que estabilidad de precios para recuperar dinamismo. El desafío hacia los próximos meses será lograr que la desaceleración inflacionaria se traduzca en una mejora efectiva del poder adquisitivo y, con ello, en una verdadera reactivación del consumo.

Con información de agencia Mundo Gremial

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