Denuncian que el gobierno de Milei está desmantelando al sector científico-tecnológico argentino

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Santiago Liaudat, investigador y miembro destacado de la Mesa Federal por la Ciencia y la Tecnología, denunció el crítico escenario que enfrenta este sector debido a las políticas de desinversión y desmantelamiento del gobierno nacional.

En el marco de las protestas que tuvieron lugar en el Polo Científico Tecnológico de Palermo y en varias ciudades del país, en respuesta a los recortes y despidos en el CONICET y las denuncias de representantes de ATE-CONICET-UBA sobre al menos 630 despidos, además de la decisión del directorio del ente autárquico de revertir las prórrogas de más de 200 becarios postdoctorales, Liaudat contó la realidad de la ciencia argentina.

Cientificidio

«Cuando hablamos de cientificidio, nos referimos a este escenario y a la destrucción sistemática de las capacidades científico-tecnológicas del país. En un país como Argentina, que ocupa una posición semiperiférica, el Estado juega un rol crucial en el sector de ciencia y tecnología. Destruir al Estado equivale a destruir también las capacidades de investigación nacionales», denuncia Santiago Liaudat, docente e investigador de la UNLP y la UTN, e integrante de la Mesa Federal por la Ciencia y la Tecnología, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.

En esta entrevista, el científico alerta sobre los efectos negativos que ya están sufriendo diversas entidades y organismos públicos, el papel de las universidades en la lucha, y la experiencia de la Mesa Federal como un espacio no solo de resistencia, sino también de diseño de políticas.

Desmantelamiento del sistema científico

Desde la Mesa Federal por la Ciencia y Tecnología, sobre el proceso de desmantelamiento del sistema científico, señala que se evidencia en distintos niveles: «En primer lugar, en el ámbito presupuestario, con una escasez absoluta de subsidios para la investigación, falta de acceso a insumos, restricciones en el pago de servicios, paralización de grandes proyectos y el incumplimiento de la Ley de Financiamiento de Ciencia y Tecnología, que estipulaba un aumento gradual del presupuesto anual hasta alcanzar el 2 por ciento del PBI en 2030″.

«No solo no ha habido un incremento, sino que, además, se ha prorrogado el presupuesto del año anterior en un contexto de alta inflación y devaluación, y ni siquiera se está ejecutando el presupuesto actual».

Despidos, recesión de contratos

A esto se suma «el deterioro de las condiciones laborales, con despidos, recesión de contratos, cierre de dependencias, retrasos salariales y agravamiento de la precariedad, además de la interrupción de convocatorias a becas doctorales y postdoctorales».

También se observa un «desmantelamiento en el nivel de infraestructura, con la eliminación de líneas de financiamiento clave, como Equipar Ciencia y Construir Ciencia, que tenían un alcance federal. Cuando se analizan todos estos factores, parece que estamos hablando de un tornado destructor que arrasa con todo a su paso. El deterioro es muy grande y ocurre de forma acelerada».

La Ley Bases y sus efectos críticos para la ciencia y tecnología

La Ley Bases permitirá la amplificación de problemas que ya estamos viendo. No es necesario hacer predicciones al aire; basta con mirar casos concretos como el del INTI, donde la plantilla de personal se redujo en un 30 por ciento y se cerraron muchas delegaciones en el interior, dejando al INTI prácticamente disuelto en gran parte del país. Cuando se vacía un organismo, se le quita personal y presupuesto, en los hechos ya se lo está destruyendo, más allá de que luego se lo clausure formalmente o no.

Además, la Ley Bases facilita la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina, el vaciamiento de los organismos de ciencia y tecnología al otorgar poderes absolutos a la Presidencia de la Nación para desmantelarlos, y la intervención arbitraria de estos organismos, violando su estructura institucional de manera completamente injustificada.

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