Con lágrimas en los ojos y oraciones en su nombre, una multitud celebró en Córdoba al primer santo argentino
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Unos 40.000 fieles de la Iglesia Católica celebraron esta mañana con una misa la canonización del «cura Gaucho», el argentino José Gabriel Brochero.
Desde la tarde del sábado, miles de personas comenzaron a llegar a la pequeña localidad cordobesa que lleva del nombre del ahora primer santo que nació, vivió y murió en la Argentina, a comienzos del siglo XX.
Con lágrimas en los ojos y oraciones en nombre del sacerdote cordobés, los fieles siguieron en vivo desde las 5:00 la transmisión de la misa que ofició el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, para proclamar santo a Brochero.
La pequeña localidad serrana ubicada unos 160 kilómetros al suroeste de la capital provincia, Córdoba, en la que viven 7.000 habitantes se inundó así de fieles católicos y devotos de Brochero.
Ni los relámpagos que iluminaron el cielo ni la lluvia torrencial que se abatió luego en la noche amedrentaron a los fieles que colmaron las instalaciones y la plaza del pueblo, bautizado en homenaje a Juan Gabriel Brochero, el cura gaucho.
Durante la jornada un desfile incesante de fieles pasó frente a la imagen del sacerdote milagroso en la Iglesia Nuestra Señora del Tránsito y Beato Cura Brochero, para dejarle cartas con pedidos y agradecimientos.
«Vengo en agradecimiento porque hizo mucho por esta zona de Córdoba, que en aquel tiempo (principios del siglo XX) era la más pobre, y se necesitaba mucho de la caridad, la docencia, el sacerdocio», dijo María Elena Vérbora, que viajó 350 kilómetros para rezarle al cura en su propia casa.
Pasada la medianoche, los fieles se iban trasladando hasta el Predio de la Providencia, a unos 500 metros, a la espera de la transmisión por pantallas gigantes de la ceremonia de canonización del cura Brochero en la madrugada de Argentina, en directo desde El Vaticano, a 14.000 km de allí.