|
Ultramar Sur es el nombre de un plan ideado por el Tercer Reich y también es el título de la obra de los escritores argentinos Juan Salinas y Carlos De Nápoli. El libro data de 2000, pero el mes pasado la editorial Ediciones B publicó una nueva entrega ampliada y corregida con prólogo de los autores de 2010.
Los investigadores advierten que del análisis de la documentación a la cual han tenido acceso, no parecería sensato creer que Adolf Hitler y sus allegados hayan podido llegar a nuestro país en submarino, pero recuerdan que nadie sabe qué o quiénes desembarcaron en las playas de Miramar o Mar del Sur, donde varios testigos afirmaron por años haber divisado los U-Boote y a personas que descendían de ellos con importantes equipajes.
De Napoli y Salinas repasan las sospechas de la Unión Soviética sobre el rol de Inglaterra en la fuga de submarinos nazis y la carrera por rescatar a prominentes miembros del régimen para la posguerra.
La pesquisa alcanza nuestros días. Los autores consultaron a la ex ministra de Defensa, Nilda Garré por el secreto que aún existe sobre la búsqueda de los submarinos en la costa argentina y ésta contestó que lo había hecho a pedido de la Armada, acrecentando el misterio.
Los autores no sólo repasan la historia de la guerra mundial sino también los avatares de la política argentina desde el inicio del conflicto bélico hasta mucho después y los contactos del régimen nazi con los gobiernos argentinos, especialmente bajo las dos presidencias de Juan D. Perón, y antes, en su ascenso al poder.
La conocida historia de la llegada de nazis a la argentina se profundiza con la investigación sobre el plan Ultramar Sur, la operación secreta del Tercer Reich para que Hitler encontrara refugio en la Patagonia.
En ese marco, la historia central es la del convoy de submarinos que zarpó de Noruega iniciando una fuga que dejó un saldo de cinco buques hundidos y más de cuatrocientos muertos.
Rumbo a la Argentina, un U-Boot hundió a una corbeta estadounidense; otro, al crucero Bahía en lo que fue la mayor tragedia naval de Brasil. Ambos siniestros fueron declarados “accidentes”.
Uno de los submarinos se entregó en Mar del Plata, pero al menos otros dos continuaron navegando hacia el sur. Un mes después, se entregó otro. Aunque parecía evidente tanto que había hundido al Bahía como que había sido averiado por sus perseguidores, la Armada argentina lo encubrió con complicidad de los almirantazgos del Reino Unido y los EE.UU.
Luego, Londres y Washington rotularon los interrogatorios a sus tripulantes como “top secret” por 75 años y en Argentina nunca existió una búsqueda profunda de los dos submarinos presuntamente hundidos en la costa a pesar de que los pocas expediciones, incluso una Noruega, detectaron acumulaciones importantes de hierro.
(Por Redacción 4SEMANAS) |
