Entre Ríos: Virgen llora y sus lágrimas tienen «olor a rosas»
El sacerdote «entendió» que muchas personas no crean en este signo: «Son fenómenos de fe, comprendo a los que no creen.
Una imagen de la Virgen de María Inmaculada del Divino Corazón Eucarístico de Jesús, más conocida como la Virgen del Cerro, ubicada en una parroquia de Paraná, Entre Ríos, empezó a llorar y las lágrimas despiden «un olor a rosas», aseguran los fieles.
La imagen llegó el sábado a la Parroquia Santo Domingo Savio, de Paraná y al día siguiente, exactamente a las tres de la tarde, los fieles empezaron a notar el fenómeno.
Desde la Iglesia entienden que «se está viviendo un momento de gracia y misericordia a través de las lágrimas que brotan de la imagen de la Inmaculada Madre».
El sacerdote Walter Minigutti, en diálogo con Elonce TV, se refirió a «esta advocación de María, que tantas gracias y bendiciones está derramando en nuestra parroquia».
Un joven llevó la imagen al templo y le indicó al párroco «la Virgen me pidió que la trajera».
El párroco contó que un joven se acercó a la iglesia y le dijo que una imagen que él había adquirido en la ciudad de Salta, en los artesanos, se manifestó con lágrimas y un profundo olor a rosas.
Minigutti dijo que fue «a visitar a nuestra mamá del Cielo» a la casa del hombre y constató «la veracidad de los hechos que relataba».
Agregó que en ese momento le indicó que lo iban a mantener «en reserva y en oración» porque «la Virgen nunca busca el espectáculo, si la simplicidad, que lo hagamos interior».
El sacerdote «siguió el camino con el muchacho» el que luego decide que «la Virgen nos visite en la parroquia: cuando la Virgen entra, cuando la traían en procesión, para de llorar un día. Él ve como un signo que la Virgen se quiere quedar con nosotros».
Es así que el sábado pasado, en el lugar «hicimos una misa y la Virgen quedó aquí. Hace un año en la parroquia, abrimos una capilla que se llama Inmaculada. Está abierta las 24 horas, también se ha manifestado en este lugar, con lágrimas y con olor a rosas», relató el cura.
«Es momento de acompañarla, de rezar mucho, de consolarla, y ver qué signo de manifestación nos da. Mientras tanto expresemos todo el amor, el respeto y el cariño, por nuestra mamá del Cielo. Dicen que ella eligió esta parroquia, esta comunidad; creo que es un regalo de Jesús eucaristía, porque él está las 24 horas presente en la capilla del Santísimo, en la custodia», reflexionó el sacerdote.
«Ella decía que así como Jesús ha derramado muchas gracias, ahora quiere derramar muchas gracias por su intermedio. Y ha dicho que le presentará a Jesús todas las gracias que ustedes me pidan. Es de mucha alegría», agregó.
El sacerdote «entendió» que muchas personas no crean en este signo: «Son fenómenos de fe, comprendo a los que no creen, al que duda, pero son signos que nos escapan. De esto no vive la fe, vive de Cristo, la Eucaristía, los sacramentos, de la vida cotidiana. Dios nos da esos mimitos, esos regalos, para decirnos que hay algo más, a decirnos que hay un Cielo, que hay un mundo nuevo, que no tenemos que bajar los brazos y tratar de ser solidarios, para que no haya tanta violencia, más respeto».