Otro derrumbe en el consumo: Las ventas pymes cayeron en septiembre en todos los rubros
Lo reveló el Índice de Ventas Minoristas Pymes que elabora la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). La caída en septiembre fue del 4,2%.
En setiembre, las ventas minoristas pymes registraron una caída interanual de 4,2% a precios constantes. Así lo señaló el Índice de Ventas Minoristas Pymes que elabora la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
En la comparación mensual desestacionalizada, la baja fue del 2%, mientras que el acumulado de los primeros nueve meses del año aún muestra una suba del 5%. El informe señala un consumo interno debilitado, afectado por la pérdida de poder adquisitivo, el endeudamiento de los hogares y la incertidumbre económica y política.
Caídas en todos los rubros
A nivel sectorial, todos los rubros analizados mostraron caídas interanuales. Los más afectados fueron textil e indumentaria (-10,9%) y bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles (-6,2%). En tanto, perfumería fue el único rubro que mostró un repunte mensual (+1,4%), por el inicio de la temporada alta y el cambio de estación.
El 55% de los comercios consultados sostuvo que su situación se mantuvo igual que en 2024, mientras que el 38% consideró que empeoró. Solo un 7,2% percibió una mejora. De cara al futuro, el 47,6% espera una recuperación en el próximo año, aunque seis de cada diez comerciantes consideran que no es un buen momento para invertir.
La pérdida de márgenes, los mayores costos operativos y la caída en la demanda marcan un escenario de estancamiento del consumo interno. “La prudencia y la expectativa de estabilidad predominan entre los empresarios, que ven cómo la inflación y la falta de crédito erosionan el poder de compra”, advirtió el relevamiento. La demanda, según los testimonios, se sostiene en promociones bancarias, descuentos en efectivo y estrategias defensivas, más orientadas a resistir que a crecer.
Turismo: más movimiento, pero con bolsillos ajustados
En este contexto, el último fin de semana largo por el Día del Respeto a la Diversidad Cultural ofreció una postal contradictoria. Más turistas, pero con viajes más cortos, menor gasto y planificación de último momento.
Entre el 11 y el 14 de octubre, 1.440.000 personas viajaron por distintos puntos del país, un 2,1% más que en el mismo feriado de 2024. Sin embargo, la estadía promedio se redujo de 2,4 a 2 noches, un descenso del 16,7%. Mientras que el gasto promedio diario fue de $ 91.190, 1,5% menor en términos reales.
En total, los turistas desembolsaron $ 262.627 millones, pero el gasto real cayó 16,2% frente al año anterior, según CAME. El movimiento fue más corto, más prudente y menos expansivo: “se viaja, pero se gasta con cautela”, sintetizó el informe.
A diferencia de años anteriores, el turismo interno no logró compensar la debilidad del comercio minorista. El deterioro del ingreso real llevó a una nueva tendencia de escapadas breves y consumo selectivo. Se viaja, sí, pero se recorta: menos noches, menos compras, menos salidas.
Las reservas de último momento dominaron el fin de semana, lo que revela la incertidumbre económica y la falta de planificación por parte de los consumidores. Las promociones bancarias y los descuentos a través de billeteras digitales fueron clave para sostener la demanda. Pero no alcanzaron para evitar la contracción del gasto total.
CAME observó además que las pymes turísticas y comerciales operan con márgenes mínimos. Y que fuera de los grandes destinos, muchos establecimientos no logran cubrir costos fijos. La rentabilidad, tanto en hotelería como en gastronomía, sigue siendo baja.
Radiografía del fin de semana largo: turismo desigual y bolsillos ajustados
El relevamiento de CAME mostró una buena distribución geográfica del turismo, aunque con contrastes marcados entre regiones. En la provincia de Buenos Aires, con una ocupación promedio del 65%, el movimiento fue moderado. Mar del Plata recibió más de 100.000 visitantes, pero con niveles de gasto inferiores y una ocupación hotelera del 60%. En Tandil, el 70% de ocupación se logró gracias a eventos y promociones locales, no por un flujo espontáneo de turistas.
La ciudad de Buenos Aires tuvo un 70% de ocupación hotelera, aunque los empresarios advirtieron que la rentabilidad fue baja por la fuerte competencia en tarifas. Mientras que Córdoba, con una ocupación del 85%, se mantuvo como destino líder, pero las estadías fueron más cortas y los gastos promedio, más austeros. Mendoza y Misiones registraron menor llegada de turistas extranjeros, golpeadas por la pérdida de competitividad del tipo de cambio.
En la Patagonia, el panorama fue dispar: El Calafate y El Chaltén tuvieron alta demanda, pero los costos de traslado limitaron la afluencia nacional. En general, las escapadas de corta distancia dominaron el mapa turístico, con fuerte presencia de viajes de cercanía, principalmente dentro de cada provincia.
Expectativas contenidas hacia fin de año
Tanto en el comercio como en el turismo, predomina la cautela. Los empresarios consultados por CAME señalan que el consumo “no se desploma, pero se achica y se posterga”. Los hogares priorizan gastos esenciales y relegan compras de bienes durables, mientras el ocio y los viajes se adaptan a presupuestos más limitados.
El informe del Índice de Ventas Minoristas Pyme de setiembre concluyó que “la pérdida de poder adquisitivo, el endeudamiento de los hogares y la falta de estímulos comerciales condicionan la demanda”. La incertidumbre política y económica continúa afectando la confianza del consumidor, que responde con un retraimiento del gasto y menor disposición al crédito.
De cara a los últimos meses del año, el sector espera un leve repunte estacional por el turismo de verano y las fiestas, aunque sin grandes expectativas. Las pymes aguardan señales de estabilidad macroeconómica que les permitan salir de un esquema de supervivencia y recuperar rentabilidad.
Con información de agencia Mundo Gremial
