Al Gobierno no le alcanza acordar con el FMI y busca fondos del BID y el Banco Mundial
El Ejecutivo negocia en paralelo con organismos multilaterales para reforzar reservas y cumplir con los vencimientos de deuda, que suman US$26.600 millones entre 2024 y 2029.
El Gobierno nacional avanza en negociaciones con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial para asegurar financiamiento adicional, en paralelo a las tratativas con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La estrategia busca reforzar las reservas del Banco Central y afrontar los compromisos externos, que incluyen pagos por US$14.000 millones al FMI y US$12.600 millones a bancos multilaterales en los próximos años.
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, viajará a Chile para participar de la asamblea anual del BID, donde se espera que mantenga reuniones con el titular del organismo, Ilan Goldfajn. Mientras tanto, el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, recibirán en Buenos Aires al presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, el próximo 2 de abril.
Los objetivos del financiamiento multilateral
El Gobierno busca asegurar líneas de crédito que complementen el eventual acuerdo con el FMI, con el fin de estabilizar la macroeconomía y contener la inflación por debajo del 3%. El BID ya comprometió US$2.400 millones entre 2024 y 2025, incluyendo un préstamo de US$200 millones para asistir a Bahía Blanca tras las inundaciones.
Por su parte, el Banco Mundial mantiene una cartera activa de 26 préstamos en Argentina, con desembolsos recientes destinados a programas sociales como la AUH y Fomentar Trabajo. Ambos organismos podrían aportar fondos adicionales para subsidios energéticos y de transporte, mitigando el impacto del ajuste fiscal en la población.
Las reuniones clave en marcha
Quirno aprovechará su visita a Chile para reforzar el vínculo con el BID, luego de un encuentro previo con Goldfajn en febrero durante la cumbre del G20 en Sudáfrica. En esa ocasión, el organismo ratificó su apoyo financiero para 2025 y respaldó el ingreso de Argentina a la OCDE, un proceso que aún demandará tiempo.
Mientras tanto, la llegada de Banga a Buenos Aires permitirá discutir el rol del Banco Mundial en el financiamiento de reformas, especialmente en la optimización de subsidios. El organismo ya aprobó dos proyectos por US$1.000 millones este año y evalúa ampliar su participación en infraestructura digital y energías renovables.
Los desafíos de la deuda externa
Según datos oficiales, entre diciembre de 2023 y febrero de 2025, la deuda con el FMI se redujo en US$200 millones (de US$40.900 a US$40.700 millones), mientras que el pasivo con otros organismos creció US$1.500 millones (de US$33.300 a US$34.800 millones).
El Gobierno considera «crucial» el respaldo de estas entidades para evitar un mayor deterioro social durante la transición hacia un esquema de subsidios más eficiente. Además, el BID evalúa financiar proyectos privados en litio y cobre, sectores donde Argentina tiene un rol estratégico a nivel global.
El contexto de las reservas y el acuerdo con el FMI
Las negociaciones multilaterales avanzan en un escenario de presión sobre las reservas, debido a la incertidumbre sobre el nuevo programa con el FMI y el esquema cambiario. Analistas coinciden en que un acuerdo con el Fondo podría facilitar más financiamiento externo, aunque el acceso a mercados voluntarios sigue siendo limitado.
El BID y el Banco Mundial representan una alternativa para obtener divisas netas, con desembolsos que podrían alcanzar los US$5.000 millones. Estos recursos serían clave para cumplir con los vencimientos de deuda y sostener la estabilidad cambiaria en el corto plazo.